Las plantas tradicionales de procesamiento de jugo de fruta fresca utilizan mano de obra y máquinas básicas para convertir la fruta en jugo mediante pasos como clasificación, lavado, extracción, pasteurización y envasado. Si bien son efectivos, estos métodos a menudo enfrentan problemas de eficiencia, calidad inconsistente y desperdicio.
Una planta procesadora de jugos de frutas frescas desempeña un papel vital en la transformación de frutas crudas en jugos seguros y de alta calidad que satisfacen la creciente demanda de bebidas saludables y naturales de los consumidores. Estas plantas son la columna vertebral de la producción de jugo y se encargan de todo, desde el lavado y la extracción hasta la pasteurización y el envasado.
En las últimas décadas, la industria mundial de bebidas ha cambiado significativamente. Los consumidores se están alejando de los refrescos azucarados y los sabores artificiales hacia opciones más saludables y naturales. Este cambio está impulsado por una mayor conciencia sobre la nutrición, el bienestar y los efectos negativos de los ingredientes artificiales y el exceso de azúcar.